"El domingo pasado, durante su cuarto informe, el rector de la UAP dio un enérgico llamado a las autoridades federales para que no realizaran el recorte presupuestal que tanto se ha traído y llevado desde hace meses. Agüera se suma a una campaña que lleva la ANUIES para evitar que los destinos de la educación superior –concretamente la pública– caigan de forma apabullante a partir de recortes poco imaginativos y muy peligrosos. Entiendo que la crisis por la que pasamos es de las más importantes que se han vivido desde el llamado “error de diciembre” en los 90; pero también entiendo que el numeroso grupo de estudiantes que tengo no son cómplices de las mezquinas decisiones que se han tomado los últimos 40 años a nivel mundial, y que tampoco son simples estadísticas, porcentajes negativos o números en rojo en los reportes de algún funcionario fodongo cómodamente sentado en su oficina. Las universidades públicas –sí, así con mayúscula– son en esencia las encargadas de llevar la investigación en nuestro país, de incentivar el conocimiento y de llevarse los premios. No olvidemos que un grupo de investigadores de la UAP está trabajando en una de las investigaciones más ambiciosas que se han llevado hasta la actualidad: El Gran Colisionador de Hadrones que –según entiendo– pretende generar las condiciones de un hoyo negro para poder estudiarlo. La investigación que lleva a cabo el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares, podría más adelante a su vez ofrecer nuevos retos y disyuntivas. Por supuesto, como no se trata de una fórmula para excitar los bolsillos de inversionistas dudosos por invertir y como no presenta soluciones de corto plazo a esas malas decisiones, pues dejémoslo de lado. No sirve.

Hace unos meses, una colega indignada me reenvió un correo donde denunciaba las declaraciones de un tal Edgar Döring, simpatizante del PAN y que en un blog de Univisión declaró que uno de los grandes obstáculos para llevar a nuestro país a los primeros lugares dentro del mundo es la UNAM. Según el simpático personaje, la máxima casa de estudios está repleta de ladrones y narcomenudistas, y que sus estudiantes no sirven para maldita la cosa. Dice que se haría un gran beneficio al país si se eliminara del mapa Ciudad Universitaria y se vendiera el terreno a empresas privadas con lo cual tendríamos nuestro propio “Manhattan”. El ejemplo a seguir, de acuerdo a Döring, son las universidades privadas que sí están a la vanguardia y llevando las cosas a buen término; tanto es así, que –se ufana– la mayor parte del gabinete de Calderón, incluido él, son egresados de estas instituciones. Afirma incluso que el país ganaría con la venta mucho más de lo que se invierte en esos muchachos buenos para nada. Para como están las cosas, me parece que esas universidades estarán borrando se sus registros a tan insignes personajes. Al final del texto, el firmante dice pertenecer al Comité Azul de la Organización Demócrata Cristiana de América.

Según sé, el correo llegó a mucha gente, y cuando pude entrar al blog del fulano en Univisión, se había desatado un aluvión de mensajes negativos –plagados, dicho sea de paso, de mentadas y simpáticas alusiones a la carente inteligencia del tipo– y de improperios para el PAN y otras organizaciones. En boletín de prensa fechado el 26 de marzo de este año, la ODC –presidida por el insigne Manuel Espino– se desvinculó por completo del caso, y comentó que ni existe un Comité Azul, ni el tal Döring es miembro de la organización. Bien, supongamos que no se trata de uno de los desmarques harto comunes en la política mexicana y el personaje es apócrifo; sin embargo, es bien sabido que muchos de los miembros de Acción Nacional se vanaglorian de su currículum escolar privado, o de haber estudiado en universidades prestigiadas fuera del país. Y por si fuera poco, vemos en las mentecillas del gabinetazo la voluntad recortadora de presupuestos, tanto a la SEP como a las universidades públicas. Aún cuando gastan tinta y voz en discursos hueros donde la educación es supuestamente la piedra angular del desarrollo del país, vemos con desagrado que sus acciones van totalmente en contra de lo hablado. Exista Döring o no, lo cierto es que hay una deliberada campaña para desprestigiar y debilitar al sector público en la educación. Hoy mismo escuché en las noticias que la brecha entre la educación pública y la privada ya casi no existía. Cabe preguntarse quién se acerca a quién, y si se considera que la educación privada es la maciza y la pinchurrienta es la pública.

Bien por ANUIES y por la defensa de la universidad pública. Con recortes no se gana nada. Cualquier economista que se precie de serlo entiende que la formación de profesionistas capaces, y de investigadores cabales, no es una “inversión”, es un derecho y una necesidad para que tanto la economía como la sociedad se construyan de forma equitativa y con justicia. Quienquiera que sea el supuesto Döring, gran favor nos hizo al traer al debate con sus disparates la necesidad de la educación superior pública. Si le rascamos, igual y el indocto mensaje salió del rancho en San Cristóbal en Guanajuato... no sería la primera vez."

Israel Leon O'Farrill
La Jornada

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