Cuando los tiempos se tornaban difíciles me sentaba en su regazo y me murmuraba al oído: ¡Zángano ahí viene la lluvia! No cierres las ventanas. El que no se moja, no vive. Esas palabras, huecas al oído infantil, se han transformado en una especie de dogma, el tiempo las ha convertido en una hasta firme de la cual colgarse: muchas veces hay que aferrarse a las afrontas, sumergirse en ellas para develar su naturaleza y poder salir avante.
Lo anterior viene a colación porque, durante el mes pasado, nuestra editorial enfrentó una serie de sucesos que la pusieron en franco jaque. En primer lugar, asistimos a la inauguración del festival IN-EDIT, el icónico José Agustín, platillo principal del festín, cayó más de dos metros lesionándose costillas y cráneo. Lo anterior no afectó de manera directa a la publicación, pero fue un macizo sacón de onda, amargo preludio de lo que vendría. Después, la emergencia sanitaria; el estado de pánico y la sobreexposición mediática convirtieron en terreno fantasma las calles de la ciudad, haciendo imposible la venta de la reva, acción única que permite la subsistencia de la misma. Con muchas copias almacenadas en la oficina y con aura pesimista circundándonos, decidimos celebrar una junta para determinar el destino del fanzine. No había muchas opciones: la muerte prematura del proyecto o una reforma en nuestros modos de adquirir capital, modos que tenían que rebasar la venta del pastín. Pasada homérica discusión, donde torrentes de ideas brotaron y se confrontaron, concluimos que dejar de publicar era la peor de las pendejadas posibles y que el romance que vivimos con nuestro modesto fanzine va más allá de cualquier encrucijada económica y/o emergencia sanitaria (real o no). LADO-B, y su contrariada existencia, serán por mucho tiempo más.
Dejo atrás el plano anecdótico para invitar, una vez más, a todos nuestros lectores a que hagan críticas y sugerencias a través de nuestro email y/o de nuestro mejorado blog. También, invitamos a que nos manden sus artículos, reseñas, opiniones, cuentos o lo que sea que escriban (claro, que esté en línea con el perfil de la revista).
Una aclaración aquí es pertinente, LADO-B no es un consorcio elite de cerdos fascistas, todo lo contrario, siempre buscamos sangre fresca que aporte material de calidad a la publicación y diversidad de ópticas que nutran la forma y el contenido. Las venas de LADO-B están abiertas, la intención es crecer hasta donde nos sea posible. Ahí nos vidrios banda.